martes, 2 de diciembre de 2008

Señorío de Otazu

La visita a la bodega Señorío de Otazu fue mi primera toma de contacto directa con el mundo del vino. Nunca antes había tenido la ocasión de ver por dentro una bodega y resultó una oportunidad excepcional de aprender algunas nociones del proceso de elaboración. Los alrededores conforman un entorno natural muy hermoso para la vista. Apenas unos kilómetros de distancia separan la zona de la ciudad de Pamplona, pero el contraste con el estrés de la capital de Navarra es absoluto.


Nuestra guía nos atendió con amabilidad en todo momento y nos aportó muchos datos acerca de la historia de la bodega y su chateau contiguo, catalogado recientemente como uno de los 100 mejores chateaus de lujo del mundo.




En las fotografías, como sucede habitualmente, me acabo obsesionando por plasmar cada lugar, cada objeto, cada momento y cada detalle. Me hubiera encantado poder llevar un trípode pero aún no dispongo de ninguno. Sobre todo hubiera resultado muy útil en la sala principal de los toneles de madera para combinar los primeros planos con la profundidad de campo.


La jornada concluyó con una degustación de algunos vinos de la bodega acompañada de quesos y otros manjares.

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